Los recortables, "Mariquitas" para nosotros; por Susú Fontaine
¿Alguien se acuerda de aquellas muñecas recortables con que las niñas jugábamos cuando éramos pequeñas?
A mi me parecían fabulosas, tenía una caja de zapatos llena de ellas y bajaba a la calle a jugar a cambiarles el vestido con las otras niñas.
Lo cierto es que era un entretenimiento b b b (bueno, bonito, barato), que por lo que tengo entendido, se está perdiendo, ¿o no?
Sin ánimo de ser demasiado exhaustiva, he investigado un poquito sobre el origen de aquel juego, aunque no he encontrado demasiados datos.
Por un lado, se apunta a que su origen se encuentra en Asia, incluso a que existen recortables del siglo XI, pero lo cierto es que el recortable, tal y como lo hemos conocido, apareció en el siglo XIX en Inglaterra y Alemania, lugares en los que se utilizaba en las familias acomodadas como modelos de vestuario y conducta.
En España, apareció en los años 20 de la mano de la Editorial Hernando, con su primera muñeca, Mariquita. De ahí el nombre de los recortables en nuestro país.
Lo que es seguro es que en la guerra y la posguerra, tiempo de restricciones, para las niñas debería resultar muy facil coger un trozo de papel y hacer sus propias muñecas con su propio vestuario.
Volviendo a tiempos más actuales, yo aún recuerdo el modelo más clásico de recortable o "Mariquita".
Era un modelo de muñeca aniñada, regordeta e infantil, con un claro y alarmante sobrepeso, y un vestuario de lo más cursi, un poco "preppy look".
Pero como este es un país de extremos, al mismo tiempo en el que vestíamos con sus falditas y lazos de papel a la "Superpepona" anteriormente mencionada, no podíamos dejar de lado "La Movida", por lo que también se crearon recortables para vestir a las musas de aquel movimiento tan nuestro, como por ejemplo, en este recortable de Alaska.
Seguro que nuestras madres no tuvieron ningún reparo en dejarnos poner vestidos de papel emulando a botas de latex al prototipo en cartón de alguna "Chica Almodóvar", puesto que ellas tuvieron en su época a la Marilyn Monroe, que era, en aquellos tiempos, una provocadora nata.
Pero luego llegó la época del "me tengo que cuidar mucho, mucho, mucho", y aquellos prototipos de mujeres voluptuosas y regordetas con curvas y de mórbida sexualidad pasaron a la historia. La gente dejó el solomillo y se dió a la berenjena para tener un tipín de escándalo. De ahí las "Mariquitas vegetarianas".
En fín, el señor berenjena también se merece tener su fondo de armario, ¿porqué no?
Además, aunque no lo creáis, hay niñas muy intelectuales, que priman la cultura por encima del vestido, y en vez de admirar a las Bratzs, a Hannah Montana, a los Jonas Brothers o a Crepúsculo, admirar a las mujeres que han marcado hitos en la historia de la cultura tal y como hoy la entendemos. Esas niñas también tienen su recortable.
La nueva modernidad también se abre paso en este mundo de papel. Nuevos creadores, nuevos genios, ven plasmadas sus creaciones en nuestras entrañables "Mariquitas", que harán que las juventudes conozcan su obra.
Y esto es sólo uno de los personajes de "El barbero diabólico de la calle Flint" de Tim Burton, pero esperad a que salgan los recortables de otros modernos como "The Killers", Lady Gaga, David Delfín o Ami Winehouse (este último me lo compraría).
Por supuesto, ya cambiando de tema y poniéndome más seria, la política no podría permanecer indiferente ante el movimiento de los recortables. De esta manera, notables políticos, para financiar sus campañas han elaborado sus "alter ego" de papel, en vías de que sus seguidores les vistan y les desvistan (dicho así suena a que los políticos son unos pervertidos... a lo mejor es que es eso).
Y Obama no está mal, pero ¿alguien se imagina un recortable de Fraga o de Zaplana?
En fín. Supongo que con los años hemos ganado, ¿no?
Y aquí llega mi favorito, el "demasié pa mi body", sin comentarios, con todos ustedes... el recortable blasfemo.
No puedo comentarlo, se comenta solo.
En fín, no puedo con la vida.
¿Créeis que el recortable tiene futuro en esta era digital? ¿O se quedará en un simple recuerdo de anticuario, o aún peor de museo etnológico?
Yo todavía recuerdo a mis queridas Mariquitas.
P.D.: Se lo que estáis pensando, lo se. Y sí, si pinchais en la imagen os sale más grande el recortable y podéis imprimirlo y jugar con él. Se que lo estáis deseandoooooooo.
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